miércoles, 14 de octubre de 2009

LA SILUETA DE UN CORAZON

Sé perfectamente que el día en que me hice sevillista sería para siempre, tal y como reza hoy nuestro grito de guerra, ¡ hasta la muerte !. Puede que cuando dejemos de ganar títulos, los echemos de menos, pero lo que realmente echaría yo de menos sería no poder asistir al Ramón Sánchez-Pizjuán, no poder ver más la bombonera por dentro. Si me da un poco de pereza morir es porque ya no podré ir más a ver al mejor equipo andaluz de todos los tiempos al Estadio de Nervión, porque ya no podré ir por las mañanas a comprar SFC Periódico los días después del partido ni contemplar de camino al centro el mural de Ben-Yessef, ni acercarme a la tienda oficial a ver las últimas novedades, ni visitar la Ciudad Deportiva para ver algunos de los equipos filiales.

Mi lucha por la existencia consiste en que a la hora del desayuno sea mucho más importante lo que me cuenta SFC Radio, con el aroma del café sobrevolando la mesa del comedor, que las catástrofes históricas e histéricas que me cuenta algún cronista amargado y los miembros de su camada.

También es muy placentero llamar por teléfono a algún amigo a media mañana para que te cuente los últimos rumores de los que quieren quemar en la hoguera a Jiménez cual bruja de la edad media, para reirte un poco y que te alegren la mañana. Por un lado está la Crítica de la razón pura, de Kant, y por otro están los chismes y los críticos del Sevilla.

Supongo que el día que no pueda ya ver un partido en la Bombonera tendré que conformarme con sentimientos alternativos como la suavidad de un paseo vespertino, algunas puestas de sol o las lecturas de noche en la cama con la amorosa luz de la mesilla, pero nunca será lo mismo.

Quisiera saber qué hace llorar a esos jugadores a los que se les acaba su vida deportiva en el Sevilla F.C. Sin duda, sus lágrimas no se deben a los triunfos que consiguieron ni a los sinsabores que soportaron sino a la soledad que supone abandonar una familia como la sevillista, a la afición que conocieron, a los cánticos que escucharon, a los aplausos que recibieron, al calor que sintieron y que ya en ningún otro sitio será igual.

¿Qué es el Sevilla F.C.?. Quizá el Sevilla F.C. sea para muchos como ese órgano que bombea sangre por nuestro cuerpo y al igual que éste a mucha gente les hace vibrar, les hace sentir, les hace amar, en definitiva, el Sevilla F.C. les hace vivir.

Han pasado muchos jugadores, han pasado muchos entrenadores, técnicos y Presidentes, pero lo único que perdura es un dibujo, una seña, un distintivo, un contorno que encierra un símbolo, el de las once barras, formando lo que llamamos escudo, muestra seña de identidad. Han pasado 104 años de historia, con lo que ello conlleva de placeres y sinsabores, de gustos y regustos amargos, de éxitos y fracasos, de alegrías y llantos, en definitiva, 104 años de vida.

Al final de todas las críticas, discusiones y filosofías, en medio de tantos dioses, héroes y sueños, resulta que lo único que permanece y que nos une a todos los sevillistas es un sentimiento cuyos pilares más sólidos son el blanco y el rojo y una silueta que los rodea formando un emblema, un escudo, frente al cual uno ha sido feliz, una silueta que traza lo más grande del Sevillismo, la silueta de un corazón.

Jose Cadenas.
Socio de la Peña Cultural Sevillista La Zurda de Diamantes

¡ FELICIDADES A TODOS, SEVILLISTAS. !

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