Cuando en el año 2002 se hace cargo del Sevilla F.C, se establece un punto de inflexión en la vida de la entidad y comienza una nueva etapa en la que José María del Nido promete y cumple acabar con la deuda millonaria que soportaba el club (no vamos a decir ahora de quién fue la culpa), alcanzando unas cotas deportivas, sociales, institucionales y económicas que nos hacen pensar, con toda la razón, que nos encontramos en una nueva era del Sevillismo.
Sin embargo, de todos es sabido que, a pesar de encontrarnos en el mejor momento en cuanto a todo, hay señores que siguen sin estar contentos, seres cabezotas, cabezudos y cabezones que, siendo difícil, reúnen en estos tres términos no sólo lo físico sino también la actitud psicológica frente a un equipo que nos lo ha dado todo y al que siguen criticando.
Crítica fácil cuando se hace en las derrotas y crítica sin sentido porque ya me dirán ustedes que es lo que cabe criticar en esta nueva era del Sevillismo.
No voy a caer en el error de afirmar que son personas que se alegren de los tropiezos del Sevilla pero sí diré que aprovechan dichas circunstancias para dar un palo a la persona que nos ha dado lo más grande que hemos vivido. Muchas veces (esto es lo lamentable) estos enemigos se encuentran en el propio interior del Sevillismo desde donde hurgan una y otra vez en antiguas heridas que no vienen al caso y postulan criterios bajo los cuales se debería mover la entidad, no contentos con lo conseguido y poniendo continuamente trabas a un trabajo encomiable y bien hecho.
Son “entes” que intentaron clavar sus zarpas en este club, creyendo que enganchaban sus uñas en madera, donde pueden agarrar, pero se encontraron que no era madera sino metal, puro platino donde las uñas no enganchan y no pueden sujetarse. De tal manera se resbalaron y cayeron, seres de rancia ideología y rancio abolengo que, como todo lo rancio, terminaron por pudrirse viendo cómo sus intereses personales y económicos caían en saco roto. Estos seres amargados, que buscan su propio protagonismo y trascender más allá de su propia realidad, han encontrado un hueco en el universo de la red donde han ido a parar sus miserias, hueco que se ha convertido en hoyo donde han ido a caer sus intentos de desestabilización, un pozo donde algunos (ellos sabrán por qué) beben agua no potable a sabiendas de que corren el riesgo de envenenarse.
Individuos que juegan a los espías, que aparecen y desaparecen como el hombre invisible, que vienen, preguntan y se van. Y no vuelven. Sujetos extraños con ambiciones extrañas. Criaturas con materia pero sin sustancia, sin esencia.
Un día tuvieron su pequeño rincón en el Sevillismo, cuando sus intereses económicos y familiares coincidían con los que conducían la locomotora, pero cuando la máquina cambió de conductores sus palabras fueron desapareciendo y sus sillones pasaron a otras manos. Quizá por eso hoy, declarados en rebeldía, siguen intentando hacer daño juntando letras en negro sobre blanco con malas artes aunque, las más de las veces, no consigan hacer más daño que un yogur natural en el estómago.
Siempre es bueno estar alerta cuando los chacales acechan porque no me extrañaría nada que cuando el resultado no nos sea propicio abrirán sus fauces amenazando e intentando amedrentar, pero de todos es sabido que aunque enseñen los dientes no dejan de ser cobardes.
En el ínterin estaremos atentos para ver por dónde salen los lobos en general, que no tardarán en aullar cuando la cosa se ponga fea aunque nos encontremos ya en el camino de una nueva etapa dentro del Sevillismo, una nueva y gloriosa andadura que Don José María Del Nido y su equipo han convertido en algo más grande, una NUEVA ERA.
Jose Cadenas
Socio Peña Cultural Sevillista La Zurda de Diamantes
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